Luego de tres intensos días de trabajo, los bomberos voluntarios y brigadistas lograron extinguir un incendio que se había desatado en una zona boscosa a 8 kilómetros del casco urbano.
Las llamas habían comenzado por causas que aún se investigan, aunque no se descarta que haya sido provocado por una fogata mal apagada. El viento complicó las tareas de control, pero finalmente, gracias al trabajo coordinado, no hubo heridos ni casas afectadas.
Desde el cuartel de bomberos agradecieron la colaboración de vecinos que acercaron agua, comida y herramientas. Las autoridades recuerdan la importancia de evitar actividades de riesgo en zonas rurales durante épocas de sequía.